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III CONGRESO INTERNACIONAL TODOS SOMOS NAZARENOS
Del 19 al 21 de octubre de 2018 se celebra por tercera vez el Congreso Internacional WeAreN Todos somos nazarenos, un encuentro sobre la libertad religiosa.
El primer congreso WeAreN Todos somos nazarenos tuvo lugar en Madrid, en enero de 2015. Durante tres días, cientos de personas pudieron escuchar el testimonio de 28 testigos directos y sus experiencias bajo la persecución religiosa.
La segunda edición se celebró en abril de 2016, en la sede principal de las Naciones Unidas, en Nueva York, alcanzando un fuerte impacto en el seno de la ONU y una gran repercusión mediática internacional.
En esta tercera edición participarán testigos directos de la persecución religiosa en Asia, Oriente Próximo y África.
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo – Militia Templi enviará una representación al mismo, no podemos quedar al margen del sufrimiento de nuestros hermanos.
Video promocional: https://www.youtube.com/watch?v=0yrpvBGZG5s
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo – Milicia del Temple (Christi pauperum Militium Ordo) ayudará a los cristianos de Caramles (Irak) a reconstruir su ciudad tras la derrota del Daesh




SANTA MISA EN LA SEDE DE LA ORDEN DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO – MILICIA DEL TEMPLE.
Dejamos estas bellas imágenes de la Santa Misa celebrada en la Iglesia de San Juan de Jerusalen del Castillo de la Maggione, sede de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo.
SANTA MISA EN EL CASTILLO DE LA MAGGIONE, SEDE DE LA ORDEN DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO – MILICIA DEL TEMPLE.
Celebración de la Santa Misa en el Castillo de la Maggione (sede de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo – Milicia del Temple) por el joven sacerdote Don Alessio Batti. En estos días, se celebra en la Iglesia románica de San Juan en el Castillo de la Maggione la festividad de Nuestra Señora la Virgen María Reina de la Milicia del Temple, se da la coincidencia dE que el domingo 13 de mayo, hace 101 años de la primera aparición de Fátima. En estos días en el Castillo de la Maggione, se celebra la Reina de la Milicia del Temple. Hay dos ideas en las que ha incidido la homilía del Rev P. Alessio: luchar, incluso si eso significa renunciar a algo todos los días, para que nuestra voluntad humana se ajuste cada vez más a la de Cristo. Rezarle a Nuestra Señor la Virgen María para que nos ayude todos los días a comprender la voluntad de Dios, incluso cuando nos pide cosas que parecen demasiado pesadas e imposibles de llevar. Siempre está usted, la Reina, quien nos apoya en la lucha y lucha por nosotros para que Cristo pueda realizar plenamente su proyecto. Con la Ascensión, Nuestro Señor asciende al cielo y nos envía el Espíritu Santo para hacernos verdaderos soldados a su servicio.
En las imágenes destaca la labor de los más jóvenes de la Orden integrados en el grupo Scout que tiene su Sede igualmente en el Castillo de la Maggione.
TEMPLARIOS EN HUNGRÍA. ACTO DE NOMBRAMIENTO CAPELLÁN EN LA PRECEPTORÍA DE LA ORDEN DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO – MILITIA TEMPLI EN HUNGRÍA
Dejamos unas bellas imágenes del acto mediante el cual se llevó a cabo el nombramiento de nuevo Capellán de la Preceptoría en Hungría de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo – Milicia del Temple en la persona del Rev. Padre Czank Gábor.
LA SANTA MISA POR EL RITO TRADICIONAL SE CELEBRA EN ALMERÍA

ORDEN DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO – MILITIA TEMPLI

18 de marzo de 1314: El día que murió en la hoguera Jacques de Molay, último gran maestre templario.
Despunta el alba en la Isla de los Judíos, pero el sol apenas clarea de gris el lúgubre recodo del Sena. Las orillas están a rebosar de rostros curiosos, tanto en el lado del mercado como en el que linda con los jardines del Palacio del Rey. Hay risas, y vino, y putas trabajando bajo los mantos. Porque toda ejecución es un espectáculo y todo espectáculo es una fiesta.
Y toda fiesta tiene un invitado de honor. Este ha pasado la noche en la isla, en una jaula improvisada hecha con maderos. Un niño hubiese podido escapar de ella en cuestión de minutos, pero el despojo balbuceante que los alguaciles sacan de su interior apenas es capaz de tenerse en pie, cuanto ni más huir. Le conducen frente al preboste de París, que aguarda inquieto frente a la pira. Cambia el peso de un pie a otro, incómodo por la humedad y por la tarea ingrata. Cuando desenrolla la sentencia y se la lee al reo, lo hace con voz trémula y ojos esquivos.
-Jacques Bernard de Molay, vigésimo tercer Gran Maestre de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y el Templo de Salomón, conocidos como templarios. Has sido juzgado y hallado culpable por tu propia confesión de los delitos de herejía, idolatría, simonía y blasfemia contra la Santa Cruz. Por ello has sido condenado a morir en la hoguera.
-Fui condenado a cadena perpetua, no a muerte. Y me retracté de esa confesión, obtenida bajo tortura -susurra el anciano.
El preboste mira a Molay con compasión no exenta de culpabilidad. Sabe que la confesión ha sido arrancada de forma cruel. Tras siete años de prisión, el anciano ha quedado reducido a una sombra de lo que fue. Pese a ello, cuando la sentencia se proclamó en firme, Molay fue tan torpe de no aceptarla con la sumisión esperada.
-Rechazasteis la misericordia del rey Felipe proclamándoos inocente cuando ya habíais sido hallado culpable. Añadisteis el pecado de la soberbia a los que ya poseíais. Y os condenasteis a vosotros mismos y a los templarios a la desaparición.
-Ya no existen, mis hermanos ya no existen -replicó el anciano, meneando la cabeza-. Pero la orden vivirá para siempre.
113 caballeros templarios habían sido ya asesinados en la hoguera por los hombres de Felipe. Aquel era el último que quedaba en Francia.
-Es voluntad del rey y de Su Santidad que la Orden sea erradicada, y su nombre sea maldito y caiga en el olvido.
-No le será tan fácil -repuso Molay, tirando torpemente de la túnica deshilachada y mugrienta que era toda su vestidura. La mano huesuda descubrió un hombro escuálido. Allí, cerca del corazón, el anciano había lacerado su carne, dibujando una cruz, la misma que había guiado su espíritu durante los 71 años de su existencia. Había usado el mango de una cuchara hacerlo, afilándolo contra una piedra suelta en la pared de su celda.
El preboste ahogó un quejido de repugnancia al ver aquello. Los bordes irregulares de la herida se habían infectado y estaban llenos de gusanos.
-Felipe y Clemente me matarán, pero no me impedirán morir con la cruz en el lugar donde siempre ha estado -añadió el anciano.
-Sea pues. Morid con la cruz, y que la orden muera con vos -dijo el preboste, haciendo un gesto al verdugo.
El encapuchado arrastró a Molay hasta el poste, alrededor del cual se habían dispuesto haces de madera seca por todas partes excepto donde debían ir los pies del prisionero. Al verlo, el templario pidió al preboste que se acercase.
-Me gustaría morir mirando a Notre Dame.
El preboste dio unas cuantas órdenes, y los guardias cambiaron de sentido los haces de leña a regañadientes. Ataron al anciano al poste, y finalmente colocaron algo más de combustible sobre las canillas blanquecinas y llenas de costrones del viejo guerrero.
El verdugo se acercó entonces al lugar donde apilaba sus enseres, y cogió un cubo donde guardaba paja húmeda. Iba a acercarse a la pira con él, pero el preboste le detuvo.
-Dejad eso.