Iglesia de San Juan


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IGLESIA DE SAN JUAN EN LA SEDE DE LA ORDEN DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO

La Iglesia del Castillo de La Maggione, residencia del Gran Maestre de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo – Militia Templi, se consagró el 19 de septiembre de 1987 por Su Eminencia, Monseñor Fernando Charrier, Obispo Auxiliar y Vicario General de la Archidiócesis de Siena-Colle di Val d’Elsa-Montalcino. Y se dedicó a San Juan, Apóstol y Evangelista.

La Iglesia es particularmente interesante desde un punto de vista arquitectónico. Es de un estilo románico puro. La restauración ha evidenciado la vuelta al estilo cisterciense con influencia borgoñona. El altar presente una forma muy antigua de estructura románica.

El 16 de octubre de 1982 S.E Monseñor Mario Ismaele Castellano, Arzobispo de Siena bendijo la Iglesia y el 19 de septiembre de 1987 S. E. Monseñor Fernando Charier, Obispo Auxiliar y Vicario General de la Archidiócesis de Siena consagro la Iglesia y se dedicó a San Juan Apóstol y Evangelista.

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EL MISTERIO DE LA MAGIONE Y EL BLASÓN DEL PAPA BENEDICTO XI DEL 1300

Existen dudas sobre la singularísima monófora (ventana de un solo vano) de la iglesia. La antigua y pequeña iglesia románica guarda muchas preguntas y cuestiones que están sin resolver

Bella, única, misteriosa. Y de lo que hablamos no es de la mujer de nuestros sueños sino de la pequeña iglesia románica de la Magione de San Juan del Puente, de Poggibonsi. De su belleza se han llenado páginas por críticos e historiadores de todo el mundo, junto con famosos escritos y afamados artistas. Maccari, famoso pintor y escritor de Colle di Val d’Elsa, la definió como “el pequeño cofre de los sueños”; de su singularidad son testigos las fotos que en las revistas de arte, en los folletos turísticos, en los álbumes de recuerdos, nos reproducen particularidades sorprendentes y raras.

Pero el misterio se respira dentro y fuera de ella, así como en la totalidad del complejo de la Magione, una de aquellas construcciones que a lo largo de la Edad Media fue un lugar obligado de parada, asistencia y cuidado del ejército de peregrinos que de todas partes de Europa recorrían la Vía Francígena en dirección ad limina Petri (a la basílica de san Pedro en Roma), es decir, al centro de la cristiandad, que tanto fascina a visitantes y turistas.

Este complejo, construido antes del año 1000 a lo largo del valle de la Vía Francígena y en un punto particularmente delicado de su recorrido, junto al puente del río Staggia, entre la abadía de Marturi, que era su propietaria, y la vecina iglesia de Talciona, creen los historiadores que fue construido por los hospitalarios, que también tenía otro más cercano a Torri, en la carretera que conduce a Ulignano.

Una opinión que también tuvo durante bastante tiempo este vuestro cronista, pero que ahora, a la luz de lo que está emergiendo en torno al implante iconográfico de esta pequeña iglesia, es más probable que este complejo pasara a la Orden del Hospital (como sucedió en San Gimignano) tras la abolición de la Orden del Temple, cosa que fue deseada, como es notorio, por Felipe IV el Hermoso, rey de Francia.

Misterio

Y he aquí porqué hemos querido reservar el adjetivo de “misteriosa”, del que se hablaba al principio, junto con la singularidad de algunos elementos en particular, como ese tan llamativo que se encuentra en la fachada, sobre el portal y el monumental campanario que, en parte, sobresale todavía en lo alto: la monófora o ventana de un vano. Como se puede ver en la foto, se trata de una singularísima abertura construida como una especie de “dientes de sierra”. Singularísima y misteriosa porque, no obstante los intentos de los historiadores y de los críticos de encuadrarla con otras monóforas, se ha quedado aislada y sin ninguna explicación aceptable sobre su forma.

Benedicto XI

Después, durante una investigación, nos topamos de cabeza con un personaje de gran trascendencia histórica, el papa Benedicto XI, esto es, el último papa italiano antes de la llamada Cautividad Aviñonense o lo que es lo mismo, el traslado de la sede pontificia de Roma a Aviñón, querido e impuesto por el rey de Francia; el mismo que había decidido el espolio junto con su abolición, de la Orden del Temple. Pero no es esta la singularidad, sino al menos otras dos cosas que nos inducen a una reflexión. La primera es que este papa, nombrado cardenal por Bonifacio VIII y al que le sucedió en el solio pontificio, reinó poquísimo, de 1303 a 1304, menos de un año y muerto en extrañas circunstancias. La segunda reflexión se refiere directamente a la Magione de Poggibonsi y, en particular, a esta singular monófora, cuya forma recuerda muy de cerca al blasón de este papa, con una nota que no nos parece en absoluto desdeñable, dada por el conde Marcello Cristofani della Magione, actual propietario del complejo; el blasón completo de este papa, reproducido a colores, pertenecería a la Orden del Temple.

¿Qué quiere decir esto? ¿Se inspiró su emblema en la extraña monófora, ya que la pequeña iglesia se había construido más de tres siglos antes? Es difícil asegurarlo y dejamos a los estudiosos que profundicen en esta extraña analogía. Sabemos solamente que este papa, durante su cardenalato, hizo infinidad de viajes al Centro y Norte de Europa, en nombre y representación de Bonifacio VIII, y no es difícil creer que una de sus paradas, repetida más veces, fuera la Magione de Poggibonsi, complejo elegante y acogedor en relación al muy popular de Torri, y sobre todo un nudo viario importantísimo de la Vía Francígena, en la carretera de Roma.

Giovanni Cencetti

“Il Corriere di Siena”

26 de mayo del 2013

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