ENTREVISTA A JOSELE SANCHEZ DIRECTOR LA TRIBUNA DE CARTAGENA


            A continuación publicamos la entrevista que el  prestigioso periodista y escritor Josele Sánchez, Director del diario “La Tribuna de Cartagena”, ha concedido a la Preceptoría de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo – Milicia del Temple.

      1.- En primer Lugar, muchas gracias por permitirnos entrar en su escaso tiempo libre para dialogar sobre cuestiones de fe. 

      2.- En el diario que usted dirige, La Tribuna de Cartagena, deja muy claro que no publicará ataques a la Iglesia Católica, ¿Que es para usted la Catolicidad?

La catolicidad es el compromiso de fe unido a su misión universal: etimológicamente no deja lugar a interpretaciones, Kata (abajo) y Olos (todo), es decir, la misión universal de la Iglesia de difundir el mensaje de Cristo por toda la tierra.

     3.- ¿Cómo cree que debe comportarse un católico hoy para dar razón de su Fe?

Yo no me siento autorizado para marcar el camino de ningún católico cuando todos los días tengo dudas respecto a cuál debe ser el mío. Acaso esto ya sea un buen comienza para responder a su pregunta: plantearse cada día cuál es mi deber como católico, qué debo hacer para ser merecedor de la gracia de Dios y lo mismo cada noche, antes de dormir, junto al agradecimiento a Dios por un nuevo día la reflexión sobre si hoy he merecido o no ser seguidor de Jesucristo. Uno tiene muy pocas verdades y muchas incertidumbres y eso es así porque, conforme te vas haciendo más mayor, va aumentando la conciencia de saberse débil y limitado. Por eso la oración es tan necesaria, porque conlleva el reconocimiento de nuestra propia fragilidad y el ruego a Dios de la fuerza y la sabiduría para saber andar el camino correcto. Mi trabajo, como director de un periódico sé que es importante para informar o desinformar a mis lectores. También es un medio para crear conciencia y el cristianismo es compromiso militante, uno no puede ser católico al salir de trabajar, las creencias profundas deben llevar al compromiso. Por eso, en mis oraciones, cada día me pregunto cuánto de lo que escribo, cuánto de lo que hago, es para satisfacer mi propia vanidad y cuánto es para cumplir con ese compromiso que es el catolicismo de intentar transformar la sociedad para mayor gloria de Dios. Además de eso, y aunque resulte absolutamente insignificante, otra de mis razones de fe es la declaración pública y sin complejos; hace mucho que salí del armario para proclamarme cristiano, católico y apostólico y para aceptar cuantas etiquetas me derive este reconocimiento público, etiquetas, por cierto, casi siempre errónea y completamente alejadas de la realidad.

      4.- ¿Qué opinión le merece la Caballería Cristiana tal y como la entiende la Iglesia Católica? ¿Ve en la figura del Monje -Soldado una posibilidad actual de llevar a la práctica el Ministerio Específico de los Laicos?

Ruego disculpe mi ignorancia pero mentiría si le contestara con el mínimo rigor exigible porque prácticamente desconozco la Caballería Cristiana en la actualidad. Mi concepto de la Caballería Cristiana y mi admiración hacia ella data de sus orígenes y de la profunda religiosidad del ideal caballeresco. La idea de la consagración personal y de la entrega de una profesión religiosa, obviamente, me seducen. La bendición de la bandera y de las armas, la acción y la oración y, cómo no, sus épicas hazañas son un modelo inolvidable de una manera de vivir la fe y la acción. Esos seres que vivían su fe de manera castrense, entregados a ella en cuerpo y alma, comprometidos con los más pobres, con los oprimidos y con los necesitados, leales a su patria, austeros en sus vidas personales, soldados que despreciaban la fortuna y que preferían el calor y el frío de la intemperie, hombres sujetos a una disciplina y a un código de honor ejemplar. Este es el pensamiento que me viene al recordar la Caballería Cristiana pero desconozco su funcionamiento hoy, es más, hasta hace unos meses siquiera sabía de su existencia y lo poco que sé no va más allá de un par de referencias que algún amigo me ha hecho.

     5.- ¿Cuál cree que es para un hombre de acción como usted, la importancia de la oración diaria?

Yo perdí la fe y durante veinte años anduve el mundo sin Dios y en su búsqueda. Esa no es una decisión personal. La fe se tiene o no se tiene. Con el razonamiento y la ciencia no se llega a la creencia en Dios. La fe es un don que perdí y durante dos décadas, además públicamente, por eso podrá encontrar usted muchos escritos míos en los que me declaro agnóstico. Por una serie de razones absolutamente personales (y que no voy a hacer públicas) tuve una experiencia, una experiencia evidente de fe y gracias a Dios pude reencontrarme con él. Antes, durante veinte años, pese a no rezar, todas las mañanas dedicaba una hora a meditar. Y sigo haciéndolo, cada mañana, a las seis, antes de orar, medito. Y para mi es imprescindible porque tras la meditación mi oración es más sabia y creo que Dios me entiende mejor. La oración diaria (lo contestaba en una pregunta anterior) es fundamental para no perder la evidencia de quién soy, de lo pequeño que soy y de que lo poco que soy es gracias a Dios. La oración diaria es, en mi caso, cada vez más, no petición a Dios de solución para cada problema sino petición de que me otorgue la sabiduría para tomar la decisión correcta y las fuerzas para poder llevarla a cabo. Cuando uno medita se ve absolutamente pequeño e insignificante en una cosmovisión del mundo. Por eso Dios resulta imprescindible, saber que desde tu insignificancia o, a pesar de ella, Él está ahí, protegiéndote, mirándote y sonriéndote porque eres su hijo, porque estás hecho a su imagen y semejanza y eres su mejor obra, y porque te quiere como soldado, sí, como guerrillero, como revolucionario, como combatiente de Su Ejército, de una misión evangélica pero también militar. Entiendo el cristianismo como una milicia de revolucionarios que deben transformar la sociedad en todos los órdenes y no sólo en los morales, en lo político, en lo económico y en lo social. Por eso siempre termino mis oraciones pidiéndole a Dios que me de esa inteligencia para saber qué debo hacer para dejar, cada día, testimonio de mi compromiso como cristiano y las fuerzas suficientes para afrontar cada batalla que, en la actual sociedad, completamente de espaldas no sólo a Dios sino a los principios elementales del respeto por valores trascendentes como la verdad y la justicia, resulta tan difícil combatir

     6.- En otro orden de cosas, hoy día estamos viendo la persecución que están sufriendo particularmente los cristianos tanto en algunos países occidentales y democráticos mediante la promulgación de leyes que restringen los derechos a la libertad religiosa como en países como Irak y Siria donde han sido objeto junto a algunas minorías religiosas de lo que podríamos calificar como un genocidio, cree Usted que los Estados han hecho lo suficiente, cree V. que organizaciones internacionales como Naciones Unidas, la Unión Europea etc. han denunciado de forma clara este genocidio.

     No sólo no han hecho lo suficiente para denunciar la cristianofobia que tantos muertos está causando, sino que la han amparado desde su silencio cómplice y, en muchas ocasiones, incluso la han alentado desde sus discursos, tan políticamente correctos pero tan sembradores de odio hacia Dios y hacia quien en ÉL creemos. Y lo peor no es que estos organismos internacionales lo hagan, lo más doloroso es que, muchas veces, desde la propia Iglesia se da la espalda a los católicos que están dejándose la vida por serlo. Me va a permitir que no extienda mis opiniones a este último respecto porque hay mucha hambre anticlerical en esta sociedad y lo último que querría es contribuir a fomentarla. Además, creo que los trapos sucios debemos lavarlos en casa y no es lo mismo que yo exponga estas divergencias profundas con la cúpula eclesiástica en el seno de una reunión entre católicos de buena fe, por citar un ejemplo, que hacerlo en un debate público y abierto a quienes lo son y a quienes no lo son. Por eso, porque no me perdonaría –como le decía anteriormente- haber contribuido, siquiera mínimamente, a fomentar este sentimiento antirreligioso que domina la opinión pública, prefiero no entrar en unos valoraciones que, por otra parte, considero imprescindibles que se hagan dónde procede, en el seno de la Iglesia y no me cabe duda de que hay sacerdotes y obispos, y también eminentes seglares, que están denunciando esto, dónde y cómo procede.

     7.- Siempre se ha afirmado que los tres pilares sobre los que se ha construido Europa han sido el Derecho Romano, la Filosofía Griega y el Cristianismo, ¿piensa Vd. que Europa tiende poco a poco a perder es identidad que ha forjado a partir de esos tres pilares y particularmente a perder sus raíces cristianas?

No es que lo piense yo, es que es una evidencia tangible y demostrable. Y además no es fruto de la casualidad sino de un plan perfectamente diseñado por los grandes poderes económicos y financieros, que son los que deciden geopolíticamente por dónde debe caminar la sociedad y de qué manera. Y estos poderes (algunas veces, incluso, ocupados por personas pertenecientes a grupos de la propia Iglesia Católica) son en sí mismos contrarios a Dios y al cristianismo. No es ninguna invención cospiranoica hablar de la existencia, por ejemplo, del Club Bilderberg, de la masonería o de la extraordinaria incidencia que el sionismo tiene en la toma de decisiones de calado político y estratégico a nivel mundial. La pérdida de valores de la sociedad está directamente unida a un control de la opinión pública a través de los medios de comunicación. Por ejemplo (y usted sabe que yo no me muerdo jamás la lengua) el otro día contestaba desde mi periódico, La Tribuna de Cartagena a un ataque directo que había sufrido por parte de Diario.es. Bueno, pues no me corté a la hora de denunciar para quién trabaja de verdad el propietario de este periódico y de qué manera George Soros está detrás del pensamiento único que se transmite en la mayoría de los medios de comunicación: la ideología de género, el relativismo, el buenismo, el haber convertido en valores cosas que no lo son y el haber arrinconado intencionadamente los verdaderos valores, los que nos hicieron (con errores y éxitos) ser lo que somos como nación y como continente. También la gravísima islamización progresiva de España y de Europa forma parte de una estrategia perfectamente diseñada por estos poderes que son los que mueven el mundo, poderes (y sé que pensará que se me va la pinza) absolutamente dirigidos por Satán y obra del maligno, y sólo hay un Ejército capaz de hacerle frente. Y ese es el cristianismo (en general) y el catolicismo, en particular.


 

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