Templarios en España. Crónica en el Camino de Santiago 6 de septiembre 2022


De nuevo en el Camino relevando a mis hermanos que han estado sirviendo de voluntarios en días pasados.
La mañana como es habitual es un no parar constante de peregrinos, en grupo y solos, con prisa o más sosegados, con más energía o ya castigados por el dolor.

NUESTRA CASA
EL SANTO PADRE . EL ARZOBISPO MONSEÑOR ICETA Y NUESTRO GRAN MAESTRE

Unos paran a rezar, otros sellan el pasaporte, los más siguen de largo.
Veo pasar a los peregrinos, jóvenes, ancianos, hombres, mujeres, de tan dispares culturas y nacionalidades, con tan distintas motivaciones para poner un pie en el Camino y constantemente me asalta la misma cuestión; ¿Qué les impulsa a avanzar, que les motiva a seguir caminando?.
He decidido que sean ellos los que contesten y les iré preguntando en las sucesivas jornadas.
Está claro que tienen fuerza de voluntad ya que para iniciar la andadura hay que disponer de ella. Esa capacidad para proponerse unos objetivos diarios y luchar hasta irlos alcanzando.
Ese paso tras paso en el Camino que te hace llegar a tu fin de etapa, no sin esfuerzo y sin sufrir dolor por algún traspiés o ampolla producida por las durezas de la marcha pero con la satisfacción de llegar a tu objetivo.
La fuerza de voluntad nos prepara para saber afrontar el Camino nos enseña a ser perseverantes, a no rendirnos, aunque el objetivo aún esté lejano y no veamos resultados a priori de nuestro esfuerzo.
Evidentemente si la fuerza de voluntad es la idea la perseverancia es la acción. No sirve de nada la una sin la otra. La perseverancia es el paso firme y constante que nos lleva a alcanzar nuestro objetivo.
Al fin y al cabo el Camino es como la vida misma, sin fuerza de voluntad y sin perseverancia no vamos a ninguna parte.

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