Templarios en España. Militia Templi en el Camino de Santiago. 17 de agosto 2023


Redecilla del camino, Crónica del 17/08/2023.

Nuevo día en Redecilla del Camino. Como viene siendo habitual, amanece con el cielo cubierto hasta bien entrada la mañana.

El paso de los peregrinos es continuo, aunque no muy numerosos, como ya viene ocurriendo en los últimos días.

Unos pasan de largo, otros entran a la iglesia un momento, piden el sello, ver la pila bautismal, alguna foto al retablo, o a alguna imagen y continuar el camino.

Pero no todos tienen tanta prisa, cuatro jóvenes que se detienen un momento y conversan con nosotros, nos cuentan cómo iniciaron el camino por separado y ahora lo hacen juntos y cada uno de un lugar distinto: de Jaén, de Cartagena, de Francia y de Italia, sin duda una nueva amistad nacida del camino.


El camino, que tiene estas cosas, nos dicen. Esta es una frase que oímos mucho a lo largo del Camino De Santiago. Las cosas que ocurren en el camino, que el camino tiene algo especial, que hace que ocurran cosas maravillosas.

¿Pero, realmente es el camino? El camino en sí es algo inerte, sin vida, sin capacidad de hacer o dejar de hacer. Sin embargo, quien sí tiene vida y autoridad para hacer y deshacer  es el Señor. Él nos acompaña siempre y también en el Camino De Santiago.

Es Él quien propicia estos encuentros, así como las maravillas que vemos a diario entre los peregrinos. Que no seamos conscientes, no quiere decir que no sea así. Los prodigios del camino que todo el mundo cuenta, son los prodigios de Cristo  y nosotros los vemos a diario en la Iglesia de Redecilla del Camino.

Lo vemos en una peregrina francesa, que nada más entrar cae de rodillas en el primer banco de la iglesia, la cabeza inclinada y la cara oculta entre sus manos.

Al poco tiempo, no podemos evitar oír los sollozos. En ese momento no hay más peregrinos en la iglesia y la escena se prolonga durante un buen rato. ¿Por qué está señora que momentos antes caminaba tan feliz, entra en la iglesia y se desmorona de pronto? Todos deberíamos ser conscientes que al entrar en una iglesia, entramos a la casa del Señor, que estamos en presencia de Dios. Cómo no caer de rodillas y sentirnos tan insignificantes que rompamos a llorar, como esta peregrina, que sin duda sentía la presencia  De Dios.

Varias veces se levantó para marcharse, y como quien recuerda algo que se ha quedado en el tintero,  volvió a arrodillarse y sigue su oración con el Señor.

Sin duda estas cosas son las cosas del camino…perdón del Señor.

A media mañana hemos tenido que cerrar la iglesia, ya que han estado preparando a la Virgen para la procesión que tendrá lugar el sábado. Una vez la Virgen con su vestido para el traslado a su ermita, hemos vuelto a abrir la iglesia.

Los peregrinos siguen pasando unos entran otros no.  Pero así es la vida, el Señor nos llama a todos, pero unos se paran y otros siguen su camino solos.

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