TEMPLARIOS: LOS CRISTIANOS NO PODEMOS ABANDONAR IRAK.


“Los cristianos no podemos abandonar Irak”

Leone Grotti/Tempi)- La difícil reconstrucción después del huracán Isis, que ha marcado las casas de los “nazarenos”. Entrevista de nuestro enviado a Qaraqosh, Leone Grotti, al padre Georges Jahola.


Es una “ciudad fantasma” la que se encontró el padre Georges Jahola cuando pisó Qaraqosh por primera vez en octubre de 2016. Habían pasado poco más de dos años desde que el Isis, tras proclamar el nacimiento del califato en Mosul, capital económica de Iraq, se extendiera como un reguero de pólvora ocupando la Llanura de Nínive y obligando a 120.000 cristianos a dejar atrás todo lo que poseían y huir de noche para no renunciar a su fe. “Fue una situación indescriptible”, le cuenta a Tempi: “Un tercio de las casas destruidas, un tercio quemadas y el resto dañadas. Sin electricidad ni agua, con las calles cubiertas de escombros de la guerra. ¿Cómo era posible volver a vivir aquí?”.

Mientras habla, el sacerdote de la Iglesia siro-católica saca de los cajones de su despacho un mapa de la ciudad: una reconstrucción meticulosa de cada calle, cada casa y cada iglesia destruida por la furia de los degolladores. Si el próximo 7 de marzo el papa Francisco podrá venir aquí a encontrarse con la comunidad cristiana, gran parte del mérito se debe al padre Jahola y al Comité para la reconstrucción de Baghdeda (este es el nombre en arameo de la ciudad, que los cristianos prefieren a Qaraqosh, de derivación turca), del que es presidente.

Tras analizar cada una de las casas de la ciudad en nombre de la Iglesia a fin de hacer una estimación de los costes para su recuperación, el Comité presentó un proyecto detallado a organizaciones europeas y estadounidenses para poder financiar la reconstrucción. Estas respondieron generosamente, pero no se puede decir lo mismo de los países europeos: hasta la fecha solo Hungría ha destinado fondos para ayudar a los cristianos iraquíes. Los trabajos comenzaron en 2017 y, tras casi cuatro años, de las 6.936 viviendas destruidas o dañadas, el 57% (unas 4.000) vuelven a ser habitables. En la mayoría de los casos, el Comité cubrió dos tercios de los costes, unos 12.000 dólares, y las familias propietarias de las viviendas pusieron el resto.

Esto ha permitido que 25.000 cristianos vuelvan a vivir aquí y hoy la ciudad ha dejado de ser un “fantasma”, aunque las tiendas y comercios que poco a poco van reabriendo esconden un nuevo drama. Qaraqosh, que es casi en su totalidad cristiana, albergaba 50.000 habitantes antes de la invasión del Estado islámico. Los que no han regresado, “se han quedado a vivir en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, donde es más fácil encontrar trabajo, o han emigrado a Europa, Estados Unidos, Canadá o Australia”. Y esta es la pérdida más importante, según el padre Jahola: “La devastación demográfica es mucho más grave que la material. Las familias se han dispersado por el mundo y corren el riesgo de perder su identidad, que es inseparable de nuestra tierra”. El dato de la presencia cristiana en Qaraqosh refleja, desgraciadamente, el dato a nivel nacional iraquí: si en 2003, antes de la invasión estadounidense, había más de un millón de cristianos, ahora la comunidad se reduce a 250.000 fieles.

Una de las casas de los cristianos de Qaraqosh fue quemada por los milicianos del Isis y marcada con el símbolo “N” (nazarenos)

«Los que emigran lo pierden todo»

A pesar de que las obras han avanzado mucho en los últimos cuatro años, el olor a escombros, como después de los terremotos, impregna todavía la ciudad. Aún hay demasiadas casas reducidas a ruinas, quemadas o abandonadas por quienes sienten todavía demasiado miedo para volver. Son demasiadas aún las casas en cuyos muros exteriores, en la entrada, destaca el símbolo “ن”, la letra “n” del alfabeto árabe que significa “Nazara”, nazarenos. Con este símbolo, los yihadistas indicaban las casas que debían ser requisadas a los “infieles”, para transformarlas en “propiedad del Estado islámico”.

La reconstrucción podría avanzar más rápidamente si el gobierno iraquí la apoyara. En cambio, no ha pagado ni un solo dinar para reconstruir las casas de los cristianos.

Es verdad que el Estado está muy endeudado y los recursos son escasos, pero la falta de ayuda, unida a la persistencia de leyes discriminatorias contra las minorías religiosas, empuja a muchos cristianos a marcharse. “Piensan que aquí no hay futuro”, admite desconsolado el padre Jahola, de 56 años, que ha pasado décadas en Italia antes de regresar a Iraq para ayudar a su pueblo a empezar de nuevo.

“Los cristianos no podemos abandonar esta tierra: nuestra presencia aquí se remonta al siglo I, la gente sigue hablando arameo y debemos permanecer para dar testimonio de nuestra fe y nuestra historia.

La identidad deriva de la tierra, los que emigran lo pierden todo. Espero que la visita del papa nos dé fuerzas para seguir adelante”.

Publicado por Leone Grotti, enviado especial a Qaraqosh, Tempi.

Fuente: https://infovaticana.com/2021/03/02/los-cristianos-no-podemos-abandonar-irak/?utm_medium=social&utm_source=facebook&utm_campaign=shareweb&utm_content=footer&utm_origin=footer&fbclid=IwAR1J0fDLDFUCObmGr3m-9Ech_FxXc_nWWQj7ze3gTmD1u1zCpyhZGYYx8DQ

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